El pasado 8 de marzo, por séptimo año consecutivo, Unión Interprofesional conmemoró el Día Internacional de la Mujer mediante la celebración de una Mesa Redonda que reunió a destacadas mujeres profesionales del ámbito sanitario y científico como homenaje y gratitud, a todas las profesiones que han estado trabajando y continúan haciéndolo, en primera línea de fuego, contra la enfermedad y a aquellas que trabajan en la investigación de tratamientos y vacunas eficaces frente al coronavirus.

La apertura institucional corrió a cargo de José María Alonso, presidente de Unión Interprofesional de la Comunidad de Madrid, quien destacó en sus palabras la presencia mayoritariamente femenina en las profesiones del ámbito sanitario, agradeció a las intervinientes su vocación y entrega en estos tiempos difíciles que atravesamos y señaló que todas ellas “constituyen un pequeño ejemplo de lo compleja que es esta lucha en la que estamos, que necesita la interrelación de conocimientos y el abordaje pluridisciplinar como claves para conseguir acabar con esta pandemia”.

La Mesa Redonda estuvo moderada por Aurora Araujo, decana del Ilustre Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid y miembro de la Junta Directiva de UICM y contó con las intervenciones de Matilde Cañelles, investigadora adscrita al Instituto de Filosofía del CSIC (IFS-CSIC); Luisa González, anestesista y doctora en Medicina y vicepresidenta del Colegio de Médicos de Madrid; Verónica Real, directora de enfermería del Hospital de Emergencias enfermera Isabel Zendal; Isabel Solá, co-directora del laboratorio de Coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CNB)-CSIC y Mª Jesús Álava, directora del Psicología Álava Reyes, CEO de Apertia Consulting y presidenta de la Fundación Mª Jesús Álava Reyes.

Las ponentes ofrecieron su visión sobre el papel de la mujer en el mundo sanitario y científico y las dificultades a las que se han enfrentado durante la pandemia. Todas coincidieron en la crudeza de ésta, que ha hecho visible nuestra vulnerabilidad pero también ha sacado lo mejor de todos. Igualmente, resaltaron que la pandemia ha constituido un gran ejercicio de aprendizaje, señalando que, entre otras cosas, nos ha enseñado a valorar lo rutinario, aunque también ha impactado de manera importante en nuestro equilibrio emocional, lo que ha incrementado la demanda de ayuda y recursos psicológicos por parte de la sociedad para poder gestionar las emociones. Las ponentes fueron optimistas en cuanto a las perspectivas de futuro, por cuanto, a pesar de las circunstancias, las vacunas son la gran esperanza y parece que ya se ve la luz al final del túnel.

En este sentido, Matilde Cañelles comentó que “la sociedad está hastiada” y que “van a ser meses difíciles porque la misma va a querer volver a la normalidad demasiado deprisa y los científicos van a estar ahí diciendo: esperad que todavía no sabemos lo suficiente”.

Con respecto a las secuelas psicológicas, Mª Jesús Ávila destacó que el 80% de las llamadas solicitando ayuda psicológica correspondían a mujeres, señalando que “las mujeres cuidamos muy bien, pero nos cuidamos muy mal”.

Todas la intervinientes destacaron también temas como el techo de cristal que encuentran las mujeres para pasar de mandos intermedios a la alta dirección o las secuelas psicológicas que está dejando esta pandemia.

Asimismo, resaltaron la gran importancia que tienen los docentes, especialmente aquellos que hacen fácil lo difícil, para fomentar vocaciones. Así, Isabel Sola explicó: “tuve unos profesores excelentes, que me abrieron la puerta a ese conocimiento y que me mostraron que era un camino transitable” por lo que consideraba fundamental que los profesores sean personas vocacionales.

En relación a si alguna vez habían sentido discriminación por el hecho de ser mujeres, las ponentes expresaron que no la habían sentido, no obstante, por su parte, Luisa González explicó que aunque no había notado discriminación, en el desarrollo de su profesión sí que había visto diferencias “en el sentido de tener demostrar un poco más para que te valoren igual”. En ese sentido, Verónica Real, subrayó también que, en el caso de la enfermería, le parece “un poco llamativo que en una profesión mayoritariamente de mujeres suelan liderar más los varones”.

También pusieron de manifiesto que uno de los motivos por los que las mujeres no eligen la carrera científica puede ser que la maternidad supone un freno en el ascenso en la carrera investigadora, ya que durante el periodo maternal las investigadoras no pueden realizar publicaciones,  lo que supone un obstáculo enorme en la proyección de su carrera profesional, lo que conlleva en muchas ocasiones que muchas de ellas acaben abandonando la investigación.

Igualmente, plantearon la falta de referentes femeninos en los libros de texto, así como que las mujeres son menos tendentes a escribir sus autobiografías. Igualmente, coincidieron en que son los hombres los que cuentan la Historia y, por eso, todo gira en torno a ellos, por lo que se haría necesario cambiar la inercia de los libros de texto y adaptarla a la nueva realidad.

Para concluir y como broche final del acto, Mª Jesús Álava citó una frase de una de sus publicaciones: “Ayudemos a pensar, cuestionar y reflexionar a las niñas y niños, para que sean personas auténticamente libres y difíciles de manipular. Su libertad de pensamiento es el mejor legado que les podemos dejar.”